jueves, 21 de enero de 2010

El valor de educar, de Fernando Sabater

El valor de educar, de Fernando Sabater

Se trata de un libro sobre la educación que ya lleva algunos años (1997) en el mercado y que hace referencia a otro del autor dedicó a su hijo, “Etica para Amador”, este más dirigido hacia los jóvenes.
Lo saco a colación a resultas del artículo de Gervás et al sobre la medicación del fracaso escolar, que ya comenté sucintamente en un apartado anterior y en el que añadí un artículo mío, sobre la responsabilidad de los educadores en esta situación publicado hace algunos años (2004).
El libro “El valor de educar” creo que es un libro recomendable para leerlo los padres y sobre todo los educadores, pues por un lado muestra el papel fundamental de la familia –la función del padre,...- como creadora de valores, de la socialización primaria del niño, sin la cual la función formadora en el colegio será cuanto menos difícil; y por otro, la escuela, en la que se imparte un proceso educativo formal –en contraposición del “informal” de la familia”- , una socialización secundaria, mediante la creación de modelos,... con personas designadas y capacitadas por la sociedad para ello. (pag 27).
De tal modo que el problema actual que nos encontramos es que la función encomendada a la familia no se realiza –principio de autoridad, principio de realidad, de esfuerzo...-pag 65- y es delegada de alguna manera a los docentes, que se encuentran impotentes para crear algo sobre una base inexistente. Si a esto se le añade la sustracción de autoridad del maestro por parte de los padres se crea un círculo vicioso donde al final la falta de implicación del docente en la educación del chaval puede convertirse en una constante, y el fracaso educativo del niño por un motivo u otro, un riesgo (todo esto es propio, no lo dice explícitamente el libro, aunque lo deja entrever). A partir de aquí, que se hagan llamadas a la intervención médica, como señala Gervás, no nos debe extrañar...
Libro muy actual, ameno, fácil y de rápida lectura.
Ed Ariel. Barcelona 1997

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